2007-05-04

En Las mejores intenciones encontré a un Gustaf; le hicieron una estatua. También un diálogo sublime entre Henrik (recluido, insomne) con un tal Nathan (catedrático y músico, que representa una amenaza de muerte a las intrigas académicas). Me sentí tan Henrik cuando leí el diálogo entre esos dos. Por supuesto que, varias páginas atrás, leí el primer encuentro sexual de Anna y Henrik.
Y el agua helada.
La marca de sangre imborrable, escrita en la carta de Anna para Henrik.

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