2008-01-29

Las mujeres de Micenas se acercan a Casandra.
Tocan el carruaje. Levantan el chal que cubre a Casandra para evaluar su belleza.
«Yo, que quise que Troya sucumbiera».
La madre conoció pronto la altivez de la niña. El padre necesitaría esa altivez. Casandra lo amó más que a nadie. Casandra recuerda estar en el regazo de Príamo, «con la mano en la curva de su hombro (el lugar que más amo en Eneas), que era sumamente vulnerable y por dónde, lo vi yo misma, la lanza del griego lo trapasó».
El olor limpio y severo de un rey asociado con las mercancías, la flota y el dinero. Traicioné a Troya y lo traicioné a él.
Hoy «me han de matar».

2 comentarios:

silv dijo...

Cito tambien de Casandra:

"Quien encontrara otra vez y cuando, el lenguaje.

Sera alguien a quien el dolor parta el craneo."

Gustavo López dijo...

¿Quién habla?

Opera un malestar saludable en la escritura, dice Roland Barthes en S/Z .
Se refiere a Gustav Flaubert.
Flaubert opera un malestar saludable en la escritura: no se sabe nunca si es responsable de lo que escribe (...); pues el ser de la escritura (...) es impedir que se responda a esta pregunta: ¿quién habla?.

La reflexión sobre el potencial del lenguaje es una constante en Christa Wolf. Cuando leí Medea escribí que la novela interroga todo:
http://lugardeolvido.blogspot.com/2007/05/termin-de-leer-medea-de-christa-wolf.html
En la web se puede encontrar una tesis doctoral de M. C. Torres Santaella que habla de que a menudo las posiciones de fuerza se apoyan en un lenguaje engañoso o simplemente oscuro. Son las relaciones entre civilización y barbarie, hombres y mujeres, poder y pueblo.
Precisamente, ¿quién habla libre del poder, o de las enseñanzas de los dioses y de los hombres, o por encima de ellos, dioses y hombres?
¿Quién