2008-04-19

Libros violentos.
Las palabras engañan, puesto que la palabra violencia comporta a la vez nociones de dolor, incomodidad, cambio y, también, por qué no, fascinación.
No creo que los escritores sean visionarios. Por lo menos no creo que el escritor de Moby Dick lo fuera, y tampoco el del Quijote, y mucho menos el de La vida breve. Libros que amo porque en ellos hay cicatrices de la composición o de la hechura. Y la composición revela que habrían sido imaginados en contra de algo. Incluso en contra de otros libros.
Algunas hojas llevan incrustadas búsquedas de los escritores, aunque, difícilmente, esas hojas, hayan sido imaginadas exactamente como salieron escritas. Pienso en hojas que pueden ponerme en una situación molesta o que me enojan. Son hojas violentas sólo porque los escritores dejaron marcas de las vacilaciones o dificultades que afrontaron al escribirlas.
La noción misma de violencia puede ser inadecuada. Estos libros, a decir verdad, parecen deshechos. Tienen fallas. Pero, en eso, creo, reside el arte de estos libros.
Parecer no terminados.

3 comentarios:

Gustavo López dijo...

De cara a un libro podríamos ser el sueño del autor. Y sucesivamente, el autor podría ser una pesadilla para nosotros.
Esta imagen es de Nabokov que escribió también una genialidad sobre «la operación de mover laboriosamente los ojos de izquierda a derecha, línea tras línea,» mientras leemos, y que dijo: «El buen lector, el lector admirable, el lector activo y creador, es un relector.» Se ha difundido mucho que El Quijote es un libro violento por el maltrato que sufre el personaje, principalmente en la primera parte. Pero entiendo que leer la violencia de autores como Cervantes tiene hoy más que ver con esta otra verdad de Nabokov: «La literatura es invención.» Y para ponerle una pizca de violencia al asunto copio unas oraciones a continuación salteándome algunas palabras:
«La Naturaleza siempre nos engaña. Desde el engaño sencillo de la propagación de la luz a la ilusión prodigiosa y compleja de los colores protectores de las mariposas o de los pájaros, hay en la Naturaleza todo un sistema maravilloso de engaños y sortilegios. El autor literario no hace más que seguir el ejemplo de la Naturaleza.»

Patrick dijo...

Magnífico.

Vengo tan seguido como puedo, siempre re-leo y tienes un don magnífico para tratar ciertos temas. Well done!

Pastora dijo...

Estoy leyendo Moby Dick y me encuentro ante un libro que por momentos me entusiasma y me produce una enorme sorpresa por su humor y su lenguaje moderno. No encuentro otra forma de decirlo, Ismael, el narrador es irónico y caprichoso, y sus razonamientos son tan personales y tan basados en su real gana, que no puedo más que festejar. Es muy moderna esa sensibilidad suya que teme a Quequeg , el caníbal, y se siente ofendida y amenazada, y que pasa repentinamente, a la amistad y que no tiene incovenientes en adoptar el ritual pagano de un nuevo amigo caníbal.
Simplemente, por esto, creo que atravieso los fragorosos capítulos descriptivos, las crónicas, los sueños, las explicaciones sobre la vida a bordo. Me parece que sigo esperando que resurja lo desopilante, eso que me maravilló al comenzar a leer.