2008-08-10

Lo real, dice el relato que lleva por título Prólogo, no es el objeto de la representación sino el espacio donde un mundo fantástico tiene lugar. De los altos edificios que forman una muralla, diviso el faro próximo a las aguas rectangulares de La muerte y la brújula. Una iglesia y las ruinas de una cárcel. Luego, la corteza de un árbol que ha deglutido con el paso del tiempo un cartel antiguo de parada de colectivo. El registro microscópico de las lecturas también se expande, dice Russel, si uno estudia el mapa de donde vive.

Por ejemplo, la parada del siete. Ustedes ahora están aquí.

En el capítulo acerca del Ulysses aparece un asunto con una papa que puede ser ridículo o brillante, según cómo se tome. Para Piglia se trata de un error de traducción o de lectura incorrecta. Se pensó durante mucho tiempo que Bloom palpaba, en sentido figurado, una papa en el bolsillo trasero del pantalón. Es decir, el enunciado fue leído como una expresión del tipo: dónde habré dejado las llaves. Pero Piglia afirma que Bloom palpaba una papa, dado que los irlandeses acostumbraban a llevar una papa en el bolsillo para mitigar el reuma.

3 comentarios:

Víctor Sampayo dijo...

Magnífico el retrato de la inexorable y lenta hambre de los árboles, y también un desafío para la verosimilitud de ciertos relatos. Un problema común de quien escribe...

chica hindú dijo...

Vi la imagen y me conmoví.
Cuando la vi me dio un vuelco al corazón, me asombró esa imagen tan cercana a mí, a mi barrio.
Quizá por tener tan estudiado el mapa donde vivo y estos ojos míos que nunca dejan de mirar ese árbol, cómo si cada día pudiera descubrir las pequeñas capas lentas de la corteza que se expanden en el tiempo sobre ese cartel, y me pregunto si seguiré por acá cuando el árbol voraz abrace el siete o el destino del recorrido. No sé, pero me gustaría. Tanto como tener el registro microscópico de las lecturas que me atraviesan, crecen y se expanden.

Pastora dijo...

Miro el campo. Voy por la ruta como piedra lanzada.
Detengo los ojos en un pájaro parado sobre una línea de alambrado o de cable. Y vuelvo a la recurrencia, repito la sonrisa...
-qué lástima, todo está alambrado ... digo, mientras lanzo un bostezo pavimentado y nacido de la cinta asfáltica.
Hago sinapsis y uno campo con Lucio V.Mansilla. Finas terminaciones nerviosas me traen las palabras llanura y Saer. Son asociaciones férreas como el riel de un tren atravesando la pampa.
Los caballos siempre vienen montados por indios dormidos en los lomos. Y de repente se despiertan y se paran y hacen pruebas mientras cabalgan, cabalgan.
No sé... mi pampa de papel.