2011-05-16


[…] Lo más ruidoso que se oía mientras tecleaba era el retorno del carro, que chocaba con el tope una y otra vez. La campanilla tintineaba, tinc, tinc, tinc. Increíblemente deprisa […]

Hace pocos días, Andrés Di Tella compartió la noticia de que se dejaron de fabricar las máquinas de escribir indias, Godrej and Boyce. Sin embargo, aquel día, ilustró la noticia con la máquina del rollo mecanografiado de Jack Kerouac, e hizo un enlace a una entrada de febrero, acerca de On the road. De esta entrada, transcribí el fragmento de la campanilla.
En la foto de arriba, una Underwood portátil, como aquella en la que Kerouac acopló el papel continuo, pero que ahora puede usarse para escribir en la pantalla por medio de una conexión USB. Los fabricantes declaran que el nuevo y revolucionario kit es una «innovación en el campo de la obsolescencia». Me encantó el comentario en YouTube que pregunta: ¿Se puede jugar con esta cosa?



La última fabrica de maquinas de escribir de Mumbai cierra sus puertas > Kerouac en la carretera

Maravilla retro-futurista

1 comentario:

el ruso dijo...

Nunca pude aprender la disposición de las letras en una vieja máquina de escribir, pero cuando tuve mi primer computadora aprendí el teclado en dos días. Por ejemplo, como yo no veo la grafía, no veo los caracteres o los signos de la escritura, entonces la "a" o la "b" son abstracciones para mí. Pero hay tipo de escrituras que me conmueven porque siento que me hablan. Son voces que me impactan.
Artaud me habla con su delirio. Onetti ponía todo su sadismo y yo me siento como ellos. Son autores que escriben desde sus propias ruinas.
Volviendo a las máquinas, la de Kafka en "La colonia penitenciaria", ese instrumento que pincha y marca, es un texto que es mío, porque me pertenece. Está en mi piel desde toda mi vida, porque los kinesiólogos me hacían doler cuando decían que me rehabilitaban.
Vos me comentaste una frase de Nietzsche, acerca de que los útiles de escritura forman los pensamientos al escribir. Me parece que el asunto de las viejas máquinas me llevó a pensar en estas otras cosas.