2011-11-13

La historia contrafáctica es la que no ocurrió, o aquella que habría ocurrido si un hecho, o una circunstancia, hubiera sido diferente.
En El hacedor, Borges figura Un problema, que empieza así:

Imaginemos que en Toledo se descubre un papel con un texto arábigo y que los paleógrafos lo declaran de puño y letra de aquel Cide Hamete Benengeli de quien Cervantes derivó el Don Quijote. En el texto leemos que el héroe (que, como es fama, recorría los caminos de España, armado de espada y de lanza, y desafiaba por cualquier motivo a cualquiera) descubre, al cabo de uno de sus muchos combates, que ha dado muerte a un hombre. En este punto cesa el fragmento; el problema es adivinar, o conjeturar, cómo reacciona don Quijote.

Esta clase de enigma es ejercitado por distintos autores y existen ejemplos en la conferencia dictada en dos mil tres por Pedro Barcia, la cual llevó como título: Ficciones cervantinas contrafácticas.
Las obras reseñadas en dicha conferencia tienen por objeto a Miguel de Cervantes, así como también a personajes del Quijote, como ser el propio héroe, Sancho Panza, Rocinante, el rucio, la pastora Marcela, Álvaro Tarfe, y también a la existencia real del libro. Casi olvido a Pierre Menard.
Otra historia que no ocurrió fue la autobiografía de Cervantes, pero que la escribió Federico Jeanmaire y la llamó Miguel. La autobiografía ficticia tiene una destinataria: la hija natural de Cervantes, analfabeta como la gran mayoría de las mujeres de fines del siglo XVI. Si las biografías de Cervantes exhiben algunos nudos, esta novela tiene ánimo de deshacerlos, primero, por medio de personajes como un tal Jorge de Borges y el pintor Dalí Mamí, y, segundo, por la inserción de pliegos sueltos, que incluyen: la novela del abuelo Juan, dos recetas de cocina, conversaciones con El Greco sobre «La lujuria», pensamientos sobre la iglesia, saberes impertinentes y parecimientos sobre la verdad y la falsedad.
Hay otro asunto.
Una afirmación del profesor Barcia en su conferencia, acerca de la cual quisiera creer que se trata de una ficción contrafáctica zurcida, o pegadiza, pero de este asunto se hablará en la entrada que seguirá a ésta.

Para leer la segunda parte