2018-07-21

Una decisione altamente morale

Hace más de cuarenta años hubo una polémica al respecto del aborto en las páginas del Corriere della Sera de la que participaron, entre otros, Pier Paolo Pasolini, Giorgio Manganelli y Claudio Magris.
Italo Calvino responderá a Magris con el artículo «¿Qué significa respetar la vida?» El artículo de Calvino fue publicado el 9 febrero 1975. En él pueden leerse expresiones idénticas a las de un escrito de París que dice así:

Estimado Magris:
Con gran disgusto leo tu articulo Los engañados. Me duele mucho no sólo que lo hayas escrito sino sobre todo que pienses de ese modo.
Traer un niño al mundo tiene sentido sólo si ese niño es deseado consciente y libremente por sus padres. Si no, es un acto animalesco y criminal. Un ser humano se convierte en humano no sólo por la convergencia causal de ciertas condiciones biológicas, sino a través de un acto de voluntad y amor de otros. Si no, la humanidad se vuelve —como en gran parte ya es así— una madriguera de conejos. Pero no una madriguera silvestre sino de reproducción en criadero, en condiciones de artificialidad, con luz artificial y forraje químico.
Sólo aquel –hombre o mujer– que está convencido al cien por cien de poseer la capacidad moral y física no sólo de criar a un hijo sino de acogerlo como un ser bienvenido y amado, tiene el derecho de procrear; si no es así, debe en primer lugar hacer todo lo posible para no concebir, pero si concibe (dado que el margen de imprevisibilidad continúa siendo alto) el aborto no es sólo una triste necesidad, sino una decisión altamente moral que debe ser adoptada con plena libertad de conciencia. No comprendo cómo puedes asociar el aborto a una idea de hedonismo o de vida fácil. El aborto es algo espantoso. [...]
En el aborto quien es masacrado, física y moralmente, es la mujer. También para un hombre con conciencia cada aborto es una prueba moral que deja una marca, pero lo cierto es que el destino de la mujer está en una situación tan desproporcionadamente desventajosa respecto al varón, que todo hombre debería morderse la lengua tres veces antes de hablar de estas cosas. Justo en el momento en que intentamos hacer menos bárbara una situación que es verdaderamente espantosa para la mujer, un intelectual «usa» su autoridad para que la mujer permanezca en ese infierno. Déjame que te diga que eres un tremendo inconsciente, por decirlo suavemente. No me reiría yo tanto de las medidas higiénico-profilácticas; aunque, claro, a ti un raspado de útero no te lo harán nunca. Pero querría verte si te forzaran a operarte en condiciones mugrientas sin poder recurrir a un hospital, so pena de terminar preso. Tu vitalismo de la integridad del vivir es como mínimo fatuo. Que estas cosas las diga Pasolini, no me sorprende; de ti creía que sabías lo que cuesta y qué responsabilidad representa hacer vivir otras vidas. [También la primera parte de tu artículo sobre hijos incurables me parece de una grave superficialidad, dando por sentada una sacralidad de la vida en todas sus formas que no significa nada, y que acaba por disminuir el heroísmo de los muchos casos que conozco de vidas sacrificadas al cuidado de hijos mogólicos o paralíticos.]
Lamento que una divergencia tan radical sobre cuestiones morales fundamentales venga a interrumpir nuestra amistad.

Los puntos entre los corchetes [...] indican palabras que resultan imposibles de descifrar. El párrafo [También la primera parte... ] fue suprimido en la publicación.
El manuscrito de cuatro páginas, la última de las cuales está casi toda tachada, debe fecharse entre el 3 y el 8 febrero 1975. Tomado de Calvino, Lettere 1940-1985; Volumen I; de la serie «Cuando realmente hubo laicos».

2018-06-13

#AbortoLegalYa

Luciana citó en Facebook una novela que escribí.
Investigaciones en masa participó del premio que ganó Aurora Venturini con sus renacuajos y canelones, nada más y nada menos.
#AbortoLegalSeguroYGratuito


Nota: La entrada admite veinte etiquetas de escritores. Completo la lista al pie con los autores de la antología de relatos sobre abortos, Manchón y cuenta nueva (2017): YANICELLI, BUSTOS, TOLOSA, BRESLIN y GÓMEZ S.

2018-04-26

Palo y hueso

Ayer celebramos nuestros cumpleaños con Río de las congojas y Cosmos. Antes de que ella naciera, y antes de que yo naciera, Juan José Saer publicó Palo y hueso. Así empieza:

Esto fue contado en un pueblo de la costa. Estábamos de paso, sentados al­rededor de una mesa en la vereda del hotel, y era el final del crepúsculo: era el verano pesado y lento, junto al río hinchándose para reventar en marzo y ane­gar el incesante y cambiante litoral desde Misiones hasta el Plata. Los dos de la ciudad, enloquecidos por los mosquitos, tomábamos vermouth, comiendo que­so y salame, y el dueño del hotel que era también el dueño del cine y de la tien­da más importante del pueblo, y el principal acopiador de pieles de la zona, que había invitado, un hombre muy alto de ojos saltones y húmedos, un gigantón algo flácido y crédulo de treinta y cinco años, habló largamente hasta que fue la noche y pasamos al comedor, y él se olvidó del asunto para dedicarse a hablar de la cosecha del arroz y del aumento de las mercaderías. Así que, mientras los mosquitos zumbaban, y todo el crepúsculo espeso y gradual zumbaba entre los árboles increíbles, entre la grave y cargada vegetación y la arena cambiante y pesada, y los gritos, quejidos y silencios prenocturnos, comenzados a oír poco a poco después de ese momento de la tarde inmóvil en que no hay luz, ni obscuri­dad, ni gritos, ni nada, ni se ve ni se oye nada, supimos cómo el viejo Arce com­pró en doscientos pesos a Rosita Rolan al propio padre de ella, Cándido Rolan, unos años atrás, en la vereda misma del hotel, llevándosela después para su ca­sa. Supimos, asimismo, que el viejo Arce tenía en ese entonces sesenta y siete años, Rosita quince, y el menor de los hijos del viejo, Domingo, que era el último de los diez que había tenido el viejo con dos mujeres que se habían ido del pueblo o muerto, y era el único que quedaba con él en el rancho, tenía diecinueve años. Así que trasmitimos tanto lo escuchado como lo supuesto y lo dedicamos a Milton Roberts.


Palo y hueso (1968). Dirección Nicolás Sarquís