2023-09-23

Fumo

La primera novela de José Saramago de mi biblioteca fue un regalo de Claudia Csörnyei, El evangelio según Jesucristo. En la parte superior de la cubierta estaba impreso en letras mayúsculas: Premio Nobel de Literatura 1998.
Claudia era por entonces correctora en Crónica. Comentó que antes de que Saramago obtuviera el merecido Premio, ella había leído Historia del cerco de Lisboa. Una maravilla de libro, dijo.
Me convertí en un lector entusiasta de las novelas de Saramago. De todas ellas, la más inquietante resultó ser Todos los nombres. Por su sencillez, quise tenerla en la lengua original. Y la releí antes de la muerte del autor.
Aplacé la lectura del libro elogiado por Claudia durante más de una década. Por otro lado, en la mitad, me perdí a causa de las diferentes capas espacio-temporales que tiene. La novela cuestiona la toma de Lisboa en el s. XII: niega lo establecido acerca de portugueses y cruzados. Recuerdo a Raimundo Silva, corrector editorial, recorriendo las calles de Lisboa —como Ricardo Reis, en Año de la muerte— mientras reescribe con su imaginación el pasado de la ciudad, tierra de moros.
Hace poco traje del sur de Brasil, História do Cerco de Lisboa. Mi reto es releerla en portugués. La relectura es encantadora y depara sorpresas.
Estoy en la p. 46, y poco después de terminar uno de los pasajes históricos, la novela dice:

«Raimundo Silva pensou, pessoanamente, Se eu fumasse, acenderia agora um cigarro, a olhar o rio, pensando como tudo é vago e vário, assim, não fumando, apenas pensarei que tudo é vário e vago, realmente, mas sem cigarro, ainda que o cigarro, se o fumasse, por si mesmo exprimisse a variedade e a vaguidade das coisas, como o fumo, se fumasse.»

El fragmento me parece hermoso en dos sentidos, por la inserción del "pessoanamente" y por la alegoría del humo. Así, dice para mis adentros: Raimundo Silva pensó, pessoanamente, Si yo fumase, encendería un cigarrillo ahora, mirando al río, pensando en lo vago y cambiante que es todo, pero, al no fumar, pensaré que todo es cambiante y vago, realmente, pero sin cigarrillo, aunque el cigarrillo, si lo fumara, expresaría en sí mismo la variedad y la vaguedad de las cosas, como el humo, si fumara. La edición en español me ayuda a entender los pasajes históricos; en esta página, el impulso incluyó el fragmento citado, que omite la alusión a Fernando Pessoa. Dice así:

«Raimundo Silva pensó, penosamente, Si yo fumara, encendería ahora un pitillo, mirando al río, pensando que todo es vago y vario, pero así, al no fumar, pensaré que todo es vario y vago, realmente, pero sin pitillo, aunque el pitillo, si lo fumara, por sí mismo expresaría la variedad y la vaguedad de las cosas, como el humo, si fumase.»
Traductor: Basilio Losada

De repente, me viene a la cabeza Santiago Kovadloff, que tras haber traducido Ode marítima, el Livro do desassosego y Ficções do interlúdio, hoy anhela ser el eco humanista de la penosa candidata del macrismo.

PAZ-RUDY, 2023-09-23
S. FERNÁNDEZ, 2023-09-17: Del frenesí mortuorio de Bullrich al moralismo selectivo de Kovadloff