2009-04-29

Hay una entidad civil denominada Madres del dolor, que reúne a madres de hijos muertos en accidentes de tránsito o en hechos de violencia urbana. Hace unas horas, ante las cámaras de un programa de televisión —Buscando a Dios— una mujer de esa entidad mostraba la habitación de su hijo muerto, y señalaba que conservaba intactas las cosas que habían sido de su hijo, entretanto enumeraba señales que ella decía que habitualmente recibía del alma de ese hijo.
Fui recién al sitio web de la entidad y me sorprendió encontrarme yo mismo contemplando los rostros de aquellos jóvenes desde la perspectiva del antipuzzle de Nubla. También pasó que emergió de la página del navegador otro sitio: MercadoLibre.
Ciertamente, hay algo de instrucciones de uso o buscando a dios, en el sentido de una totalidad, o busca de completud…
Abro un paréntesis, porque si no después me olvido: hay un disco de Gentle Giant que se llama The missing piece. Un disco genial, tan genial como Interview, Free Hand, etcétera. Y el rock sirve para ablandar las penas.
En verdad, soy un coleccionista de trozos como llama Gaab a Víctor Nubla. Sin embargo, ella decía hace poco más de un año que le gustaba la primera de las fichas encontradas porque era única. Comentaba: «Si hicieras una colección de piezas, como Nubla, pondrías a cada una de las piezas encontradas otra vez en un grupo indefinido. La pieza que logró, con mucho esfuerzo, dar un paso fuera de la nebulosa, sería única por un instante, y luego pasaría a formar parte de otra masa amorfa que llamarías colección.»
Una metáfora que se renueva ahora con la maravillosa imagen de los calcetines de la lavadora. Como los hrönir.
Precisamente era Pastora, hace casi año y medio, quien leía el título de mi novela en clave de antipuzzle —en consecuencia: en clave borgiana—. Luego, trataba mentalmente de calcular dónde encajaría ese título. Pastora me imaginaba escribiendo. E imaginaba que detrás de cada palabra, de cada capítulo, yo ponía un lugar y una fecha. Ella preguntaba «cómo se acomodan los objetos con los que trabaja un escritor. Se encuentran en el mundo. Se guardan en una colección imaginaria.»
Por último, dejó una afirmación, sobre la cual Paulino también reflexionaría: «Un corazón roto puede ser la pieza de un rompecabezas». La muerte rompió mi corazón. Me hundí durante largo tiempo en una tristeza capaz de conjeturar.
Pero desconocida.

2009-04-22

Paulino, enormísimo cronopio.

Estas son fichas del año pasado, desde la una a la seis: Chacabuco y San Juan [5 marzo] Pueyrredón 1552 [13 marzo] Piedras e Independencia [10 abril] Almirante Brown y Aristóbulo del Valle [3 junio] Perú 458 [8 junio] Montevideo y Lavalle [6 diciembre]

Antipuzzle
A festa acabou
The missing piece
¿Qué es un hrönir?

2009-04-13

Ejercicio plástico, fue pintado entre agosto y noviembre de 1933 por David Alfaro Siqueiros en el piso, techo y paredes de un sótano. En 1961, Alvaro visitó el mural junto con su padre Juan Carlos Castagnino y Antonio Berni: «Me causó una impresión muy fuerte, no esperaba encontrarme con esa situación, casi alucinatoria. Al sótano se entraba por la cocina y uno sentía que se sumergía en el mar, las paredes y el techo eran como una campana de cristal sobre la que las criaturas, principalmente figuras femeninas, se aplastaban».
En el documental Los próximos pasos, de Lorena Muñoz, se narra que Siqueiros habría pretendido hacer suya para siempre —encerrar metafóricamente— a su esposa, Blanca Luz Brum, en la cápsula que pintó en el sótano abovedado de la quinta Los Granados, propiedad de Natalio Botana. No se sabe ciertamente si Blanca Luz Brum fue amante de Botana. Pero, una multitud de invitados habría concurrido a la inauguración del mural con ansias no sólo de contemplar el ejercicio poliangular «sino también de espiar a los integrantes del supuesto triángulo».
El documental muestra furtivamente a Pablo Neruda y a Federico García Lorca. La quinta tenía una torre y se cree que ahí Neruda y Blanca tuvieron sexo, mientras que García Lorca hacía de custodio desde la escalera. Botana habría oído los gemidos de los amantes y García Lorca habría resbalado por la escalera cuando intentaba interponerse al ascenso del propietario de la quinta. Neruda habría rememorado la escena en Confieso que he vivido.
Sin embargo, una biografía reciente acerca de la esposa de Siqueiros ubica hechos parecidos dos años después de la conclusión del mural, es decir en 1935. De acuerdo con la biografía, el affaire no habría pasado de una borrachera de Neruda y unos forcejeos con García Lorca, que pretendía apartarlo de Blanca Luz Brum. García Lorca tropezó con una escalinata del jardín y Botana se acercó, atraído por el escándalo, para auxiliarlo.
A pesar de todo, la espelunca de la cocina de Los Granados habría sido fuente de inspiración para los murales de las Galería Pacífico.

Murales realizados por Lino Enea Spilimbergo, Demetrio Urruchúa, Antonio Berni, Juan Carlos Castagnino y Manuel Colmeiro en la cúpula de las Galerías Pacífico.
Fotografía de los días previos a la inauguración, en 1946.

Alucinación

El rescate: ps. 60-65