2007-11-08

Me quedé sin visión. Hacia afuera y hacia adentro.
Moby Dick es subir a la cima, si puede usarse la expresión, de la montaña más alta. La visión humana no está acostumbrada a un horizonte tan amplio.

La ballena descarga su estela de leche espumosa sobre el agua de mar. «Fuerza muchachos, el esperma es lo que nos interesa», dice Stubb.

El Pequod, Tashtego, Queequeg.

La espumosa y fragante leche es extraída, en forma similar a la miel de una colmena, de la frente del cachalote.

«(…) el hueso negro y flexible de la ballena de Groenlandia se usaba mucho en los corpiños de las damas (…)»

A continuación de tanta ley ballenera y derechos de la realeza sobre la cabeza y la cola de los cachalotes El Pequod va hacia el encuentro con el Pimpollo, Melville tituló: The Pequod meets the rose-bud. En el grabado de Kent se ve un rojo brillante rose-bud, o bouton-de-rose, como mascarón de proa de la aromática nave francesa.
—Bouton-de-Rose, ahoy! are there any of you Bouton-de-Roses that speak English?

Al fin de cuentas el capítulo del Pimpollo y el siguiente, resultaron de lo más hediondos. El carnicero Mellville no deja de sorprender. Enciendo un sahumerio; imagino la floral fragancia del ámbar y sonrío con Stubb junto a su tesoro cadavérico.

«(…) el ámbar gris es blando, ceroso y tan fragante y sazonado que se lo usa en la perfumería para fabricar pastillas, cirios preciosos, polvos para el cabello y pomadas (…) Algunos vitivinicultores echan unos few grains en el claret para perfumarlo (…)»

El Pequod exhibida ahora como una nave de fuego sobre el mar. El espectral resplandor nocturno resulta espeluznante; la ballena se consume a sí misma en marmitas funerarias. Literalmente, se frita a sí misma, arde gracias a su propio cuerpo.

Leí hasta Estiba y limpieza; pero voy a algunas páginas atrás, antes de las hojas de biblia, el slobgollion y el apretón de manos, mucho antes. Hasta el capítulo del Pimpollo, donde está la cita del Journal of the plague year [de Daniel Defoe]: «que olor repugnante ha de tener semejante mole: peor que el de una ciudad asiria [o inglesa] durante la peste, cuando los vivos no bastan para enterrar a los muertos». Melville compondrá «su gran obra sobre los olores» con el capítulo de Las refinerías; el humo es horrible de aspirar [las frituras del cachalote alimentan las llamas] y no hay otro remedio que aspirarlo.
Huele como el ala izquierda del ángel exterminador
.

Hay pasajes táctiles ordenados con meditaciones exactas: «¡Exprimir!, ¡exprimir! Durante toda la mañana exprimí ese esperma hasta que yo mismo me sentí fundido en él (…) en geometría, todos los cuerpos que se deslizan por el cicloide (…) descienden desde cualquier punto exactamente en el mismo tiempo».

El insólito Melville usa la expresión school of whaves: Escuelas y maestros (LXXXviii); escuela de mujeres o harén / escuelas de machos jóvenes y vigorosos.

¿La ballena disminuye de tamaño? ¿Se extinguirá?

Releo ahora la conocida nota de Melville a Hawthorne: He compuesto un libro perverso, y me siento tan inmaculado como un cordero.


2007-11-04

Nadie recuerda mucho de Moby Dick.
Lo más cómico es que mi padre dice que la ballena estuvo en Buenos Aires.
Podría preguntarle, llamarlo por teléfono y decirle que me vuelva a contar, dado que mi padre habitualmente cuenta que en las playas de estacionamiento subterráneas de la avenida Nueve de julio, entre Perón y Lavalle, alguna vez hubo una Feria del Libro donde fue expuesta Moby Dick. Me robé La imitación de Cristo, agrega siempre mi padre.
Mi padre ve a Buenos Aires desde Chacarita.
No porque se encuentre ahí, no todavía; sino porque Chacarita es el barrio de su infancia. Unido a ese recuerdo de la ballena blanca en Buenos Aires mi padre suele añadir que en el subte B, más allá de Medrano, hay un desvío que conduciría al antiguo Mercado de Abasto. Mi padre sospecha que la desviación podría seguir hasta Leandro N. Alem, inclusive hasta el Luna Park.


En la revista de Clarín del 9 julio de 2000, leo que Tito Lectoure, dueño del Luna Park y manager boxístico, contaba:
«El primer Luna Park estaba donde ahora está el Obelisco. Ahí estuvo en exhibición una ballena, o no sé que bicho que apareció por el Río de la Plata, lo pescaron, lo trajeron, y lo exhibían hasta que se pudrió».
Voy a llamar ahora por teléfono a mi padre para leerle.
Antes quiero precisar el año de construcción del obelisco. Parece que 1936. Y el primer estadio al que se refiere Lectoure, de acuerdo con un fascículo sobre la historia del Luna Park que publicó La Nación, habría sido demolido aproximadamente diez años antes, es decir, a mediados del veinte, cuando empezaron las obras de apertura de Diagonal Norte.
Mi padre nació en 1928.


Marco el número de mi padre.
Me cuenta ahora que Moby Dick fue exhibida exactamente en 1943. Duda si era la Moby Dick real. Porque, en verdad, mi padre duda si se trató de una ballena que se había tragado a un tipo. Le respondo que no, que ése es un relato bíblico, que Jonás…
Queda apesadumbrado.
Pero vuelve a contar lo de las playas subterráneas, si bien cambia que se trataba de una exhibición militar. Se acuerda de la marcha Cuatro de junio en nombre a la revolución que derrocó a Castillo. Menciona a Francisco y Blas Lomuto; dos hermanos: uno compositor y el otro letrista.
La ballena blanca era ahora amargamente reverenciada junto al tanque mediano Nahuel DL-43, orgullo de los militares nacionalistas.
No abrazada de libros.


2007-11-02

No podía resistirme a conocer quiénes eran los cinco fantasmas oscuros que rodearon a Ahab, luego de que fueran avistados a dos millas de distancia, a sotavento, los chorros y las colas de una manada de cachalotes. Llegué hasta el comienzo de El primer descenso (cap. xLviii).

Leí el capítulo de Ahab, pero no el de la Cetología, que está bastante más adelante. A Town-ho le siguieron capítulos letárgicos. La historia del Town-ho también me pareció un plomo.

Me detengo ahora en los capítulos de las fantasiosas representaciones de la ballena.
Me llamó la atención la representación que Ismael describe en la pagoda-templo de la diosa elefanta. Paréntesis: la diosa está siempre sonriente y muestra un par de tetas que son una delicia.
«Los brahmanes sostienen que en las casi innumerables esculturas de la pagoda inmemorial, todos los oficios y las empresas, todas las ocupaciones concebibles de los hombres se representaron siglos antes de que ocurrieran en la realidad».
La cacería de ballenas también.
Al lado está el marido. Abraza muy desinhibido a la diosa y no suelta una de las tetas. A menos que el orden universal se encuentre amenazado. En este caso, deberá descender al mundo con la forma de uno cualquiera de los avatares. Estos avatares o encarnaciones resultan ser más o menos evolutivos, con arreglo a la amenaza o circunstancia. En caso de diluvio tomará la forma de Matse o Matsya. Esta encarnación, comenta Ismael, «es a menudo hombre y a medias ballena».
Sin embargo, de repente Ismael se desdice con respecto a esta «ínfima» representación de la ballena. La escultura en el templo hindú «es un puro error». La puntiaguda cola del dios-sirena no tiene nada que ver con «la majestuosa cola de la verdadera ballena».
Nada que ver.
Más adelante, Ismael se burla de la escala desproporcionada del dibujo de un libro escrito por un tal capitán Colnett, e imagina al propio Jonás asomado por el ojo del cachalote impreso.
Al final del capítulo, indica que «los dibujos científicos fueron hechos copiando a animales varados; por lo tanto son tan correctos como podría serlo un dibujo de una nave en un naufragio». Tampoco servirían los esqueletos de los museos.
«Nada de eso».
No obstante presta atención a «la aleta lateral, cuyos huesos corresponden casi exactamente a los huesos de una mano humana, con excepción del pulgar. Esta aleta tiene cuatro dedos: el índice, el medio, el anular y el meñique. Pero estos huesos están ocultos en una envoltura carnal», como los nuestros lo estarían en una especie de manopla.

Casi mitad de la novela: pág. 432.
Sigo con esperanza de que el océano de Moby Dick me hamaque a favor, o en contra, de tanto misterio que guarda.


2007-11-01

Tan lindo pero cada vez peor.
El grabado de Rockwell Kent, en el capítulo iV, muestra a Queequeg abrazando a Ismael, dos varones durmiendo juntos en una cama de The spouter inn, propiedad de Peter Coffin.
El capítulo empieza así: Upon waking next morning about daylight, I found Queequeg's arm thrown over me in the most loving and affectionate manner...
Queequeg duerme con un hacha oculta. Y tiene tatuado el brazo con que abraza a Ismael. Ese brazo laberíntico se confunde con los cuadrados y triángulos del cubrecama: the counterpane. Ismael tiene, al despertar, sensaciones extrañas: «Y todo era tan lindo (…) Me sentía cada vez peor».
The counterpane anticipa la escritura del monstruo. Es también la etimología del preceptor y los extractos del auxiliar de la biblioteca. Cubrecama es quilt, tejido que cubre la barbarie y la civilización. Mosaic, salad, tapestry, melting pot, es decir: mosaico, ensalada, tapiz, crisol, metáforas positivas del racismo al que resultan tan proclives los norteamericanos.
La escritura resulta también un viaje entre dos loomings o espejismos de la política norteamericana. La noticia aparecería más o menos así entre dos grandes titulares: Gran lucha electoral por la Presidencia de los Estados Unidos — Un tal Ismael se embarca en un ballenero — Sangrienta batalla en Afganistán.