2010-06-25

Se acostó, apagó la luz, dejó puesta la segunda almohada, cerró los ojos con fuerza, ven, sueño, ven, pero el sueño no venía, por la calle pasó un tranvía, tal vez el último, quién será que no quiere dormir en mí, el cuerpo inquieto, de quién, o lo que no siendo cuerpo en él se inquieta, yo entero, o esta parte de mí que crece, Dios mío, las cosas que pueden ocurrirle a un hombre.

La segunda almohada resulta ser el signo indiciario de una mujer que no digo si se trata de Lidia o Marcenda, pero el caso es que dicha mujer irá temblando hasta la cama de Ricardo, sólo sabrá decir, tengo frío, y Ricardo va a callar, estará pensando si debe o no debe besarle la boca.

O ano da morte de Ricardo Reis

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