2010-06-23

Las farolitas japonesas conformaban un sendero a ras del piso. Muchas de ellas contenían una poesía ilustrada. La que representaba el mar me hizo acordar el comienzo de Samurái. Me puse a observar en cuclillas las cestas con dos niños cada una y vinieron más imágenes, si bien difusas, de la escena inicial de la novela de Hisako Matsubara: unas pequeñas barcas arrojadas al mar serían una ofrenda o ceremonia llevada a cabo para el descanso de las almas de Tomiko y Nagayuki, protagonistas del drama que será narrado a lo largo del libro. Pero, a raíz de la falta del libro, consulté al día siguiente a Fernando. Según él, en las páginas iniciales de Samurái se representa el Obon, una serie de ritos de origen budista del Día de los Muertos. Quizás, yo relacioné las cestas, o cunas flotantes, representadas en las farolitas con el ritual o la costumbre japonesa de soltar a la deriva las linternas de papel.
Un asunto lleva a otro. No sé exactamente cuál es el ritual de ese primer capítulo de Samurái; como acabo de decir: no tengo el libro, y mi mente me llevó a imaginar los muñecos de Tomiko y Nagayuki en esas pequeñas barcas iluminadas que se alejan de la costa.

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