2011-04-22



Estas son nuevas piecitas, desde la diez a la doce: Brasil y Bolívar [4 julio] Aristóbulo del Valle 471 [19 agosto] Defensa 815 [28 octubre]

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2 comentarios:

Cecilia dijo...

Es increíble y maravilloso lo de las piezas de rompecabezas. Supongo que las encuentra el que tiene la virtud de atreverse a mirar distinto. O aquellos que no creen en las totalidades, en los círculos perfectos. En mi casa casa tengo un rompecabezas (armado) de un hermoso paisaje... En un momento había pensado en colgarlo pero me faltaban dos piezas y averigué en un local que reconstruyen las piezas faltantes a medida. Podríamos decir que se dedican a la duplicación de objetos perdidos, por qué no "a la metódica elaboración de hrönir". Vuelo más lejos y me pregunto si alguna de tus piezas encontradas no sea en verdad un ur, y si alguna vez se disbujaría. Me alegra pensar que otro, quizá, atesore mis piezas.

Gustavo López dijo...

Que lindo lo que contaste, Cecilia.

Víctor Nubla tiene una historia parecida:
Todo comenzó un día de 1984. Me encontré una pieza de puzzle en el suelo, caminando por la calle. Y la recogí, porque era bonita. Me hizo pensar mucho, recordé que en casa de mi familia había siempre un gran puzzle que yo hacía de niño un par de veces al año. A aquel puzzle le faltaba una pieza, que alguien había sustituído por un trozo de cartón dándole la forma adecuada. Cuando era niño muchas veces me pregunté cómo podía haberse perdido aquella pieza, si el puzzle nunca salía de casa. Al encontrar mi pieza del 84, tuve la intuición de que provenía de alguna casa donde todos deberían estar preguntándose lo mismo. Experimenté la sensación de que había una conspiración mundial de piezas de puzzle que huían del puzzle matriz para el que habían sido creadas. Pero no tuve la certeza de ello hasta que pocos días después encontré otra pieza de otro puzzle distinto.

En el siguiente enlace, Nubla muestra que eran dos las piezas que faltaban.
El antiguo puzzle