2008-01-23

«Un hombre que vive cuando todos los hombres mueren, ¿tiene que ser un cobarde?» El hombre es Eneas y la que habla es Casandra.
En voz baja.
«Desde que estuve prisionera en el cesto hablo en voz baja».
Ese es el tono de la novela.
Solamente cuatro páginas para hacer la prueba del dolor. «Lo mismo que un médico, para saber si está muerto, pincha un músculo, así pincho yo la memoria».
Difundir el dolor.
Pero en Micenas nadie habla la lengua de Casandra.
Nadie que no vaya a morir con ella.
«Sí, caballito […] sin hacer caso de mi protesta, metieron en la ciudad el caballo de los griegos […]». La que habla es Casandra. Nombra inmediatamente a Pentesilea, reina de las amazonas que acudió en ayuda de Troya y fue muerta por Aquiles.
En la página 124. «¡Enfrentarse con él con una espada… una mujer! El obligarlo a que la tomara en serio fue el último triunfo de ella. Lucharon largo rato, y todas las amazonas quedaron separadas de Pentesilea. Él la derribó, quiso tomarla prisionera, pero ella le hizo un arañazo con su daga, obligándolo a matarla. Gracias sean dadas a los dioses por ello, aunque no sea por nada más».
Casandra repasa la ruina.
En la página 140: «Y mis troyanos creyeron lo que veían, no lo que sabían. ¡Que los griegos se retirarían! Y dejarían ante las murallas aquel monstruo, que todos los sacerdotes de Atenea, a la que al parecer estaba consagrada aquella cosa, se atrevieron a llamar "caballo". ¿Y por qué tan grande? Cualquiera sabía».
Punza la memoria.
«Quién encontrará otra vez, y cuándo, el lenguaje».
Tres páginas antes del final está escrito:
«Meted el caballo adentro».

1 comentario:

chica hindú dijo...

Soy la que ahora punza en su propia memoria.
La novela susurra,si,habla por lo bajo pero también tiene un tono casi implosivo.