2008-05-08

En Todos os nomes y en El Golem hay una escuela.

Tal como si estuviéramos ante un mismo personaje, pero de dos caras: la de o sr. José, que, como el del poema de Drummond, es sem nome, y la de Athanasius Pernath, el maestro restaurador que en el ghetto de Praga se pregunta inmutablemente quién es «yo».

os mapas do céu, do mundo e dos seres e das coisas
as cartas hidrográficas e orográficas do ser humano
a canalização do sangue
o trânsito digestivo
a ordenação dos músculos
a comunicação dos nervos
a armação dos ossos
o fole dos pulmões
o labirinto do cérebro
o corte de olho

o enredo dos sexos

«bancos sucios de tinta de arriba abajo»
«cuadernos de cuentas»
«cantos berreantes de chiquillos»
«un chico que suelta una vaquita de San Antonio en clase»
«manuales de lectura con migas aplastadas y olor a cáscara de naranja»


10 comentarios:

La ninfa dijo...

una escalera que lleva a la carpintería en el altillo
la pizarra en el corredor de primer grado
las vitrinas con pájaros embalsamados
la palmera detrás de la pérgola
la pérgola para hacer gimnasia
una pecera verdosa y enorme
la humedad del patio
el silencio del salón de actos

Fala você portugués?

Gustavo López dijo...

el portero mudo
un pupitre cayendo desde una ventana
el tajo en la muñeca cuando apoyé la palma de la mano derecha sobre un vitrina para no caerme ¿habría pájaros en esa vitrina ?
las chicas de la villa
el escupitajo de Diego a los pies de una de las chicas de la villa
entrar y salir cuando yo quería
los guardapolvos de compañeros mayores guardados en el mismo armario que el del maestro
el ajedrez y los números binarios

No, infelizmente.

Pastora dijo...

Descubrí "el Golem" de Gustav Meyrink en la pequeña librería de la Universidad Bar Ilam.
Leerlo es una experiencia... Un asunto metonímico. Una cabeza y un sombrero.
Un laberinto de callecitas en Praga y un altillo. La escuela o el negocio de la vereda de enfrente aparecen como una multiplicación de signos.
Son las partes de un mapa. Refieren a un todo. O como vos decís, vuelven sobre la pregunta: ¿qúién es yo?

euridice dijo...

De la escuela primaria recuerdo las horas de lectura en voz alta que se parecían a las horas de la siesta ... yo leía casi siempre. Recuerdo dos títulos y ningún contenido: Juvenilia y Chico Carlo,
sólo esa sensación del sol y de la quietud a la hora de la siesta.
Lo opuesto era el recreo, uno despertaba.
Recuerdo que algunos varones perseguían a algunas chicas y ellas lanzaban gritos exitados mientras entre varios las manoseaban.

silv dijo...

Me acuerdo del olor frio del aserrin con kerosene con el que limpiaban el patio. El cuartito cerrado del tercer piso. Mi tedio. La peque#a biblioteca. La Virgen del patio de quien se decia que en una ocasion sus ojos salieron de sus orbitas y vagaron libremente por el patio. Las clases monotonas. El uniforme y el calor horrible de Buenos Aires en noviembre. Gabriel que me venia a buscar. Los libros que llevaba en mi bolso que no eran "para" el colegio. Mis amigas que so#aban con su vestido de novia y yo, con dar la vuelta al mundo en un velero. La fiesta de la primavera. Las obras que escribia para los actos. Mi tedio. La portera horrible y la monja simpatica. El mapa mudo y negro. La Capilla, nada sacra. Los besos de Juan. La sensacion de estar perdiendo el tiempo. Mis rateadas.
Un profesora suplente de literatura que una vez leyo un poema, maravillosamente.

gaab dijo...

interminables discursos de una monja con microfono y acento aleman. el laboratorio, las clases de gimnasia. Mi absoluta imposibilidad para correr, incluso cuando tenía 10 o 12 años. El frío y las piernas moradas, calcetines azules bajos y canadienses jugando al elástico. Camino al colegio con la bicicleta. La monja de historia con zapatos de goma. Mis compañeras intransigentes. Estufita sobre la puerta, que calentaba la mitad de tu cara. La tabla de elementos. La muerte de lennon. Snoopy y los cuadernos que iban y venían. El pico del pato del oso chiquito. Tinta en el dedo por la Shaeffer bordeaux. Caja de 36 de lápices lyra. La señorita Margarita de 3er grado, la mejor maestra que he tenido. Eso resume básicamente lo mejor de mi primaria y mi secundaria. No me lo pasé del todo bien.

Víctor Sampayo dijo...

Una pregunta ("¿quién es yo?") que descubrí precisamente en la infancia, en medio de un vértigo lleno de eternidad. Porque desde entonces intuí que semejante pregunta iba a estar atormentándome para el resto de mis días.
Saludos.

Pastora dijo...

"...¿Y si la vida en nosotros no fuera más que un enigmático remolino de aire?

¿Acaso no soñamos a veces que metemos las manos en aguas muy profundas y sacamos peces de plata, cuando en realidad no ha pasado más que una fría corriente de aire que nos ha enfriado las manos?

Viento que arrastra en las plazas grandes hojas de diario y que hace volar abrigos y sombreros.
Sacude también las cortinas rojas del Salón Loisitschek. Ahí hay música y baile. La taberna con humo y sus bancos de madera. Mozas con enomes pechos atados con pañuelos. Carcajadas, tintineo de vasos, música enloquecedora para celebrar el cumpleaños de A. Pernath..."

El Golem. Gustav Meyrink

silv dijo...

Como recuerdo,
a una mariposa
deja sus alas la mariposa.

BASHO

silv dijo...

Como recuerdo,
a una amapola
deja sus alas la mariposa.

Basho

Éste es el haiku y no como mi lapsus lo ha escrito en la entrada anterior.
Aunque los dos haikus son trágicos…
Qué queda de una mariposa cuando abandona sus alas?