2008-09-09

Nobody nothing never. 1993.
La traducción de Helen Lane omite la ambivalencia del título original. Es interesante notar que la edición francesa de la novela optó por conservar el título en español.

Nada de nada
Nada de nadar
En la contratapa de Nadie nada nunca, edición de Seix Barral, se imprimió en rojo:
¿Qué discurso da cuenta de la complejidad de lo real?
¿Cuántas versiones de una historia son posibles?

¿Cómo sería El limonero real en inglés: royal o real?
Idéntico problema se ha presentado para el francés. Sí: la traducción de El limonero real en Francia colisionó con el problema del título.
La ambivalencia del español admitía tanto:
Royal de rey
Réel de real

En El concepto de ficción se dice:
[…] El tema formal del libro sería justamente esta imposibilidad de agotar el significante y por lo tanto de la narración, como ocurre por el contrario con la narración clásica. [Entrevista de Gérard de Cortanze a Juan José Saer]
De cara a la complejidad de la traducción al francés: Le citronnier royal / réel, Laure Guille-Bataillon tituló la novela: Los grandes paraísos / Les grands paradis.

[…] J’ai rencontré Juan José Saer, pour la première fois en 1974, lors d’une lecture de poèmes à la librairie Shakespeare and Company, encore hantée par les fantômes de James Joyce et de Sylvia Beach… Il m’offrit un exemplaire du Limonero real, en me disant : «Je n’écris pas pour exhiber mon argentinité.» Nous ne connaissions que peu de chose sur cet Argentin «habité». Il était arrivé en France six ans auparavant et y avait élu domicile. Les Grands Paradis — titre français de El Limonero real — était son septième livre. Le choc fut immédiat et Juan José Saer fit partie, aux côtés de Cesar Vallejo, Alfredo Bryce Echenique et Eduardo Mendoza, des quatre premiers auteurs que je publiai dans la collection "Barroco" aux éditions Flammarion. […]
Par Gérard de Cortanze

Les Grands paradis (El limonero real, 1974), roman traduit de l'espagnol par Laure Guille-Bataillon. [Paris], Éditions Flammarion « Barroco », 1980, 240 p.
Nadie nada nunca (Nadie nada nunca, 1979), roman traduit de l'espagnol par Laure Guille-Bataillon. [Paris], Éditions Flammarion, « Barroco », 1982, 262 p.

2 comentarios:

anonimous dijo...

Art happens.

Víctor Sampayo dijo...

Ya hemos mencionado algunas curiosidades con respecto a la traducción en anteriores ocasiones. Y si en este caso –como en muchos otros– los significantes se abren como cáscaras de huevo para mostrar significados contrapuestos, absurdos o que incluso abren nuevas perspectivas, se debe a eso que alguna vez mencionaste como una especie de "enfermedad del lenguaje"; un virus que surge a veces en la traducción y a veces en los juegos de palabras, de los cuales por cierto, me considero un fanático eventual. Así pues, como no hay temas, pues no temas...