2009-03-14

¿Cómo terminar un amor? ¿Cómo terminar una novela? Donde el señalador dice: el fin pertenece a los otros, el libro reseña la incapacidad del «yo» para leer el final de un amor. Dicho final resulta evidente para el entorno: la familia, los amigos, los compañeros de trabajo, etcétera; o sea, resulta legible para cualquiera, menos para el sujeto enamorado.
Patético madre, diría Borges.

E incapacidad de lectura equivaldría a incapacidad de escritura. Si bien este fragmento retrotrae a una entrada del mes de abril de dos mil ocho acerca de «la ficción interrumpida», puede ser que el fracaso del enamorado para avanzar hacia el final de la propia historia amorosa, tenga más relación, ahora al menos, con otro fragmento; aquel que marqué como el niño en la luna. El sujeto enamorado quiere restituir una superficie plana de esa cosa concebida, afirmada, vivida según la eternidad. No obstante, cerrado al juego de ver las grietas de esa cosa, concibe todo final como algo siniestro. Soporta mal la broma, dice Roland Barthes.

Soporta mal la muerte.

[…] no puedo yo mismo (sujeto enamorado) construir hasta el fin mi historia de amor […] el fin de esta historia, exactamente igual que mi propia muerte, pertenece a los otros: a ellos corresponde escribir la novela […]

4 comentarios:

La ninfa dijo...

¿Cómo?
...lo que yo quiero, muchacho de ojos tristes, es que mueras por mí.

Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren.

J. S.

Gustavo López dijo...

¡Ay que trabajo me cuesta
quererte como te quiero!
Por tu amor me duele el aire
el corazón y el sombrero.

[...]

F. G. L.

Víctor Sampayo dijo...

Y sin embargo hay seres que sí vivieron su historia de amor hasta el final, aunque sea un final ya no tan digno de ser relatado en una novela: de como van criando panza lenta e inexorablemente, teniendo cada vez menos deseo por su pareja, hasta que no pueden evitar ser atrapados por programas infames de televisión o alguna otra manía de la vejez...

julieta dijo...

jajajajaja