2008-12-07

Paradojas

Señalemos hoy que Unamuno ha muerto repentinamente, como el que muere en la guerra. ¿Contra quién? Quizá contra sí mismo.
El 31 de diciembre de 1936. Antonio Machado

No, no soy fascista ni bolchevique; soy un solitario.
Aproximadamente dos meses antes de su muerte. Miguel de Unamuno

Durante el acto de apertura del curso académico en la Universidad de Salamanca, el 12 de octubre de 1936, varios oradores soltaron tópicos acerca de la anti-España. Un indignado Unamuno, que había estado tomando apuntes sin intención de hablar, se puso de pie y dijo: Se ha hablado aquí de guerra internacional en defensa de la civilización cristiana; yo mismo lo hice otras veces. Pero no, la nuestra es sólo una guerra incivil. [...] Vencer no es convencer, y hay que convencer, sobre todo, y no puede convencer el odio que no deja lugar para la compasión. Se ha hablado también de catalanes y vascos, llamándolos anti-España; pues bien, con la misma razón pueden ellos decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo, catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer, y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española, que no sabéis...
En ese punto, el general José Millán-Astray que, tras haber fundado el Tercio de Extranjeros bajo los lemas ¡viva la muerte! y ¡a mí la Legión!, había perdido un ojo y un brazo en la guerra de Marruecos, empezó a gritar: ¿Puedo hablar? ¿Puedo hablar?. Su escolta presentó armas y alguien del público gritó: ¡Viva la muerte!
A continuación Millán inició su arenga: ¡Cataluña y el País Vasco, el País Vasco y Cataluña, son dos cánceres en el cuerpo de la nación! ¡El fascismo, remedio de España, viene a exterminarlos, cortando en la carne viva y sana como un frío bisturí!. Se excitó sobremanera hasta tal punto que no pudo seguir hablando. Resollando, se cuadró mientras se oían gritos de ¡viva España!



Se produjo un silencio y Unamuno agregó: Acabo de oír el grito necrófilo e insensato de «¡viva la muerte!». Esto me suena lo mismo que, «¡muera la vida!». Y yo, que he pasado toda la vida creando paradojas que provocaron el enojo de quienes no las comprendieron, he de deciros, con autoridad en la materia, que esta ridícula paradoja me parece repelente. Puesto que fue proclamada en homenaje al último orador, entiendo que fue dirigida a él, si bien de una forma excesiva y tortuosa, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. ¡Y otra cosa! El general Millán-Astray es un inválido. No es preciso decirlo en un tono más bajo. Es un inválido de guerra. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no sirven como norma. Desgraciadamente, hay hoy en día demasiados inválidos. Y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán-Astray pueda dictar las normas de psicología de las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes, que era un hombre, no un superhombre, viril y completo a pesar de sus mutilaciones, un inválido, como dije, que carezca de esa superioridad de espíritu suele sentirse aliviado viendo cómo aumenta el número de mutilados alrededor de él. [...] El general Millán-Astray quisiera crear una España nueva, creación negativa sin duda, según su propia imagen. Y por ello desearía una España mutilada...
Millán-Astray gritó: ¡Muera la inteligencia! Sin embargo, José María Pemán, apologeta católico y creador de himnos, exclamó: ¡No! ¡Viva la inteligencia! ¡Mueran los malos intelectuales!
Unamuno no se amilanó y concluyó: ¡Éste es el templo de la inteligencia! ¡Y yo soy su supremo sacerdote! Vosotros estáis profanando su sagrado recinto. Yo siempre he sido, diga lo que diga el proverbio, un profeta en mi propio país. Venceréis, pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis, porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta: razón y derecho en la lucha. Me parece inútil pediros que penséis en España.

Wikipedia

3 comentarios:

euridice dijo...

muy emocionante

LaClau dijo...

La muerte tiene muchas caras.... y no todo el mundo puede aspirar a una muerte digna. Depende de la vida que hayas construido y del arte con que la hayas formado.
Los hombres y mujeres hablamos con tanta facilidad de ella.... y ni siquiera entendemos la vida.

Víctor Sampayo dijo...

Se siguen trenzando las ideas, las pesadillas, las anécdotas, como sucede en una conversación. Regresé apenas de la Feria del Libro de Guadalajara y allá me encontré con uno que nunca había visto por aquí y que ahora me parece muy apropiado para ese hilo: "Enciclopedia de los muertos", de Danilo Kis. No lo he leído aún, me espera en el librero con el misterio de su portada negra, en la que algunos nombres se distinguen de un par de listas fantasmales, pero con ese título...